Desde los primeros minutos de competencia, el Oreca #88 de PECOM Racing, con Luís Pérez Companc al volante, sufrió un despiste que resultó en daños en el frontal del prototipo, además de recibir una penalización de 10 segundos. En tanto, en la primera detención en boxes del Lexus #14 de Vasser Sullivan, José María “Pechito” López tomó el control del vehículo, pero también recibió una sanción.

Poco después, un incidente generó la primera bandera amarilla de la carrera. Durante esta neutralización, Nicolás Varrone se subió al Corvette #4, mientras que Matías Pérez Companc hizo su debut oficial en IMSA y en la categoría LMP2 al relevar a su padre en el Oreca #88 de PECOM Racing.

Sin embargo, los problemas continuaron. “Pechito” López tuvo un toque con el BMW #48, lo que provocó daños en la parte frontal de su Lexus. El argentino debió ingresar al garaje para reparaciones, pero perdió varias vueltas respecto del líder y, horas más tarde, el equipo decidió abandonar la competencia.

A falta de cinco horas para el final, Nicolás Varrone se encontraba en la segunda posición dentro de la categoría GTD Pro, demostrando un gran ritmo de carrera. No obstante, a falta de 2 horas y 54 minutos, Matías Pérez Companc sufrió un fuerte accidente al salir a la recta principal, lo que forzó el abandono del Oreca #88 de PECOM Racing.

Cuando la noche comenzaba a caer sobre el circuito de Sebring, el Corvette #4 de Varrone sufrió un problema eléctrico que obligó al equipo a ingresar nuevamente al garaje. Esto les hizo perder varias vueltas, eliminando cualquier posibilidad de luchar por la victoria.

De esta manera, las 12 Horas de Sebring resultaron un desafío complejo para los representantes argentinos, quienes a pesar de los inconvenientes, dejaron su huella en una de las competencias más icónicas del automovilismo de resistencia.